Me he encontrado con la siguiente cita, y aunque fue escrita hace ya varias décadas por Alexis Carrel, eminente médico y escritor del siglo XX (Premio Nobel de Medicina 1912), sigue vigente. Aquí la comparto, en cuanto expresa la preocupación actual del ser humano por tomar el control de su propia salud, y no depender de todo aquello que el status quo pone (o no pone) a disposición de la humanidad. ¿Llegará el día en que nosotros determinemos la calidad de nuestra salud y bienestar físico?
"Hay, como sabemos, dos tipos de salud, la salud natural y la salud artificial. Nosotros deseamos la salud natural, la que procede de la resistencia de los tejidos a las enfermedades infecciosas y degenerativas del equilibrio del sistema nervioso. Y no la salud artificial, que se fundamentea en regímenes alimenticios, vacunas, sueros, productos endocrinos, vitaminas, exámenes médicos periódicos, y el costoso cuidado de los médicos, los hospitales y las enfermeras. El ser humano debe estar construido de tal manera que no tenga necesidad de estos cuidados. La medicina obtendrá un triunfo más grande cuando descubra el medio que nos permita ignorar la enfermedad, el cansancio y el temor. Debemos dar a los seres humanos la libertad y la alegría que proceden de la perfección de las actividades orgánica y mentales. Esta concepción de la salud se enfrentará con una fuerte oposición, pues altera nuestros hábitos de pensamiento.
La salud artificial no le basta al ser humano moderno. Los exámenes y los cuidados médicos son molestos, penosos y a menudo ineficaces. Los hospitales y los remedios son costosos. Sus efectos insuficientes. Los hombres y las mujeres que aparentan tener buena salud tienen constantemente necesidad de alguna revisión. No están ni los suficientemente bien ni lo bastante fuertes como para desempeñar felizmente su papel de seres humanos. La salud es mucho más que la ausencia de enfermedad. La poca confianza que manifiesta la gente cada vez más en la profesion médica es en cierta medida la expresión de este sentimiento. No podemos dar al ser humano el tipo de salud que desea sin tomar en consideración su verdadera naturaleza. Sabemos que los órganos, los humores y el espíritu son uno, que son el resultado de tendencias hereditarias, químicas, físicas y fisiológicas del medio, y que la salud depende de la constitución química y estructural de cada parte del cuerpo y de ciertas propiedades del conjunto. Debemos ayudar a este conjunto a mantener su integridad en lugar de intervenir en el funcionamiento de cada órgano. La salud natural es un hecho observable. Algunas personas resisten a las infecciones, a las enfermedades degenerativas, al deterioro de la vejez. Hay que descubrir el secreto de esta resistencia. La posesión de la salud natural aumentaría enormemente la felicidad de la humanidad.
Hasta ahora hemos seguido un camino fácil. Ahora debemos abordar las regiones desconocidas en lo más profundo de nosotros mismos. El progreso de la medicina no llegará con la construcción de hospitales mejores y más grandes, con mejores y más grandes fábricas de productos farmacéuticos. Depende de la llegada de algunos sabios dotados de imaginación, de su meditación en el silencio de los laboratorios, del descubrimiento, más allá del proscenio, de las estructuras químicas, de los misterios orgánicos y mentales. La conquista de la salud natural requiere profundizar considerablemente en nuestro conocimiento del cuerpo y del alma."
Dr. Alexis Carrel (1873-1944), Cita de su libro titulado "La Hegemonía del Ser Humano".
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